Vigilancia Comunitaria por el Derecho a la Salud en zonas de alta vulnerabilidad en Ecuador.
La acción se centra en comunidades vulnerables de diversas etnias—afro, épera, chachi, kichwa amazónico, waorani, sápara y kichwa andino—ubicadas en zonas de difícil acceso a lo largo de la frontera y la Amazonía norte, así como en el centro del país.
La propuesta establece la Vigilancia Comunitaria en Salud (VEC) como una estrategia integral que amplía la cobertura de servicios de salud en estas áreas, articulando esfuerzos de promoción, vigilancia y provisión de atención en colaboración con pueblos y nacionalidades que enfrentan barreras para ejercer su derecho a la salud.
La VEC facilita la identificación y el reporte temprano de signos y síntomas de alerta, contribuyendo a la reducción de complicaciones y muertes, y funcionando como el primer eslabón en el flujo de ingreso al sistema nacional de salud. Cabe destacar que este enfoque está normado dentro del Modelo de Atención Integral de Salud (MAIS).
Un actor clave en esta iniciativa es la Mesa de Vigilancia Epidemiológica Comunitaria de la Frontera Norte (MVCFN), que agrupa a más de 20 instituciones internacionales, organizaciones no gubernamentales (ONG) y agencias de las Naciones Unidas. Esta mesa, creada en 2021 durante la pandemia de COVID-19 con el impulso de la Unión Europea, FEPP y el Ministerio de Salud Pública (MSP), ha logrado avances significativos en incidencia, gestión del conocimiento y comunicación estratégica, siendo reconocida por el MSP.
La propuesta también prioriza la participación de las mujeres en el desarrollo comunitario y la transformación de la salud en sus territorios. Se rescatan aprendizajes de experiencias previas financiadas por la Unión Europea, consolidando los derechos y el liderazgo de las mujeres en la articulación entre comunidades y unidades de salud, así como en su participación en redes y espacios de gobernanza. Además, se identifican las barreras que dificultan su involucramiento en estos procesos y se proponen soluciones para superarlas.
Asimismo, se plantea la implementación de incentivos no monetarios dirigidos a agentes comunitarios de salud, con énfasis en familias lideradas por mujeres jefas de hogar. Estos incentivos fortalecerán su autonomía económica, brindando estabilidad a sus familias y contribuyendo a la sostenibilidad del proceso de empoderamiento y gestión comunitaria de la salud.
El modelo propuesto integra los aprendizajes de experiencias en la frontera norte, enriqueciendo la trayectoria de RIOS en empoderamiento comunitario, formación en vigilancia en salud, fortalecimiento del vínculo con las unidades de salud, construcción de agendas locales y provisión de servicios mediante brigadas, campañas y estrategias de promoción comunitaria. Además, refuerza la incidencia organizativa y comunitaria para mejorar el acceso equitativo a la salud.
El proyecto se encuentra en ejecución al momento.